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Historias de Clientes

Ninoska Medal

El dulce sabor del éxito de doña Ninoska

Desde hace 24 años se dedica a vender golosinas típicas y otros productos elaborados en Nicaragua y nos cuenta cómo ha mejorado su vida con el apoyo de MiCrédito.

Ubicado en las afueras de un ranchón, donde venden el plato típico de la zona, el quesillo con tiste, se ubica el negocio de Ninoska Medal, una señora morena, amable y carismática de 37 años de edad. Bajo un árbol de almendras, coloca su mesa y sobre ella los productos que viene ofreciendo desde hace 24 años.

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Rosquillas hechas de maíz, cajetas de varios sabores como de coco, leche o piñonate, cereales de semilla de jícaro, cacao y pinolillo, además de las famosas enchiladitas leonesas son parte de la mercadería que ofrece a los clientes que transitan por esta carretera que se dirige a León.

Tendría 11 años cuando doña Ninoska inició en este negocio. Afirma que su pequeña microempresa ha resultado rentable, porque le ha permitido criar a sus tres hijos y sufragar los gastos de su hogar.

Sobre cómo llegó a trabajar con nuestra institución, ella cuenta: “Aquí las demás comerciantes me hablaron de MiCrédito, me dijeron que resolvían rápido los préstamos e incluso más cuando uno tiene un negocio”. Según sus palabras, estar trabajando con nosotros “ha sido satisfactorio, porque los he invertido para comprar productos y tener siempre qué ofrecer”, amplió doña Ninoska, quien lleva tres servicios financieros con nosotros.

“Yo recomendaría a MiCrédito así como me lo recomendaron a mí”, apunta esta joven señora quien en ese momento dejó en suspenso la entrevista para atender a un cliente que, tentado por las delicias nacionales que ofrece doña Ninoska, se acercó para comprar unas cuantas cajetas de zapoyol y enchiladitas leonesas. 

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