by Juan Carlos López
“Yo pensé que no iba a seguir estudiando, yo estaba en la universidad, me llamaron del hospital de Jinotepe y me dijeron que mi papá había fallecido”. Con lágrimas en sus ojos, Rosa Margarita Mercado, una joven de 22 años originaria de Masatepe nos cuenta cómo sus sueños de ser una enfermera se derrumbaban, pero en medio de esa dura realidad esta joven nunca dejo de soñar.
Rosita, como cariñosamente la llama su familia, cursaba apenas su primer semestre de la Licenciatura de Enfermería en la Universidad Cristiana Autónoma de Nicaragua (UCAN), en Masaya, cuando recibió la triste noticia. Don Julio, el luchador padre de esta joven, había sufrido tres infartos. Su esposa e hija nunca perdieron la fe, lo que las llevo a trasladarlo a un hospital capitalino, donde los médicos le dijeron que solo le daban un 10 % de probabilidad de vida. Por un momento pensaron que el corazón del hombre que aman iba a dejar de latir, sin embargo esto no sucedió.
Para Rosita,su papá Julio Mercado, es su motor para salir adelante día a día. Es un hombre que ha trabajado junto a su esposa, María Velásquez, en el oficio de la carpintería. Gracias a las ganancias que este negocio les ha generado, han podido darle una excelente educación a su única hija, además de inculcarle invaluables valores que ella pone en práctica en su vida cotidiana.
“En la carrera me fui dando cuenta que uno no estudia para hacerse millonario sino para ayudar a los demás”, resalta esta joven.
En medio de ese sufrimiento, esta muchacha esforzada se puso la meta de terminar sus estudios superiores, a pesar de no tener la facilidad económica para pagar los semestres en la universidad. Ella escuchó en la radio que existía MiCrédito, un lugar donde podía obtener el financiamiento para sus estudios con un producto llamado MiCrédiEstudios. Gracias a este préstamo ella pudo pagar el curso de titulación y los diplomas para la graduación y así convertirse en todauna profesional de la salud.
